Se me ahogaron las palabras
Perdida en un mundo del que no conozco el nombre,
Llorando al amparo de mi sombra, que me aguarda
Templé con hierro, fuego y sangre
Escudos, espadas y palabras.
Me agoté de caminar en lo oscuro,
De pedirle al viento que se llevase lo que me falta
Me desesperé buscando el momento
En el que lo mágico se desarma.
Contemplé durante días y noches
El mismo paisaje abrupto en la calma
Me enamoré de las tormentas y del sol
Y descubrí que el alma me temblaba.
Se me ahogaron las palabras,
Las susurraba bajito en alguna madrugada,
Escribiéndolas en una espalda
Hasta que, por fin, pude gritarlas.