Desencuentros

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Hace años que escribo. Cuentos, comeduras de tarro, paranoias, textos incomprensibles. Nunca he escrito para ser leída. Sólo era una obsesión que ocupaba mis minutos de soledad y que me mantenía cuerda. Ahora, me decido a compartirlo con vosotros... porque compartir es amar.

Jugando (otra vez) con las letras y con algo más... (os reto a encontrar la pauta)


A la luz, miro abajo.
Caudal extraño, callejea inexorable.
Sorteándome. 
Serpenteando.
Ensombrecidos entendimientos.
Reconciliándome.
Transfigurándome.
Momentáneamente, respondiendo armanmentistas ambigüedades.
Tempestuoso.
Pecaminoso.
Rezumando abandono.
Lúbrico enredo.
Besos.
Caer por él.


Y de allá, ágil, viene celoso, cercano.
Jubilosa ceremonia.
Enroscados.
Centímetros zigzagueando, acariciándome.
Desencadenamos entorpecimiento, desfallecimiento.
Acompasadamente.
Menospreciamos conocimientos.
Ensimismados.
Heterogénea enredadera.
Cenagosos ensueños vuelven ácidos.
Deseo amor.
Más.
Tú y yo.

2 comentarios:

Máximo Cano dijo...

Uhmmm... esto huele a mucho entrenamiento.

... y tu ves casi,
donde existe validez,
contrato...


creo que tienes mucho entrenamiento.

Anónimo dijo...

Qué blog tan bonito. Qué bien escribes... Ha sido como entrar en un mundo paralelo, colorido y desde luego con olor a flores.

Y no le hagas caso a Máximo Cano que ya tiene bastante con sus muelas de oro (qué a quién se le ocurre ser tan hortera... Dejemosle con la impresora, a ver si por lo menos se le levanta el ánimo... o lo que sea... levantable).
Un beso.

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