Desencuentros

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Hace años que escribo. Cuentos, comeduras de tarro, paranoias, textos incomprensibles. Nunca he escrito para ser leída. Sólo era una obsesión que ocupaba mis minutos de soledad y que me mantenía cuerda. Ahora, me decido a compartirlo con vosotros... porque compartir es amar.

Cada día es gris




Cada día es gris, igual que el anterior, y cada día salgo ahí fuera a pelear con el mundo, a vivir, a sobrevivir, a dejar de esperar, a no desear. Salgo al frío en la hora gris de cada día gris y me encuentro seres perdidos en una inmensidad gris, miradas vacías, ausentes.  Muñecos desastrados, pálidos reflejos del concepto de ser humano.


Ritmo acelerado que llevamos todos, las prisas, el agobio, los coches, el trabajo, ir sin saber a dónde llegarás. En esta cárcel de cemento, te cruzas con caras grises, en este día gris, en esta hora gris y se te va escapando el tiempo entre los dedos. Generación X. Olvidamos nuestros sueños o los perdimos. Nos invadieron océanos de dudas y las ignoramos todas, indiferentes a todo lo que ocurre ahí fuera, indiferentes a los que sufren, a los que lloran, a los que no consiguen ver porque tienen la mirada fija en este cemento gris.


Son tiempos difíciles los que nos ha tocado vivir, el punto en la historia en la que debemos ser felices, pero se nos desgarró el corazón en algún momento y ya no tenemos alma, ya no podemos sentir. Cuarteada la piel por tantos golpes, o por no recibir ninguno. Olvidamos lo que nos hicieron si es que alguna vez nos hicieron algo, olvidamos lo que sentimos, olvidamos quienes somos y quién es el que tenemos al lado.


Alguna vez, entre la vigilia y el sueño, recordamos ese instante, ese verde de los árboles, la risa de ese niño, aquella caricia del sol. Fogonazos de lo que fuimos, de lo que debemos ser y no podemos. Y nos alimentamos de esos recuerdos, nos vampirizamos, nos convertimos en yonkis del deseo, del pasado, de lo que no vivimos porque hemos elegido no vivirlo. Y ya no podemos dar marcha atrás, ya no podemos recuperar nuestra inocencia. ¿Que nos queda? ¿Qué instantes nos quedan por vivir?, ¿sabremos pausar nuestra vida tan sólo un momento y sentir como el viento se lleva el gris que nos rodea y deja pasar la luz del sol?. ¿Podremos cerrar los ojos un instante y buscar el latido de la tierra que nos llama?. ¿Conseguiremos librarnos de todo lo que nos estorba, el dolor, el rencor, nuestros miedos?. Le damos la espalda al atardecer, a los rojos y violetas del cielo, a esa luz que huye en calma, en silencio, en paz. No somos capaces de volver a sentir la armonía que debería rodearnos. Volvemos el rostro y nos quedamos mirando atónitos nuestras manos, las que hacen, las que destruyen, las que dañan, las que matan.


Tan sólo de vez en cuando intentamos liberarnos por el camino equivocado, las drogas, el sexo, el alcohol, la risa floja en la garganta, la música que nos embota la mente. Sensaciones vacías para una vida vacía, sinsentidos grises que hacen más gris aún la realidad. No encontramos el camino, ignoramos la verdad, se nos llenan los ojos de lágrimas y se nos ahoga el corazón entre sollozos.

4 comentarios:

txetxu dijo...

grande Casandra Gimenez, no puedo decir mas

Sar Gi dijo...

Gracias!!!!!

txetxu dijo...

aunk de todas formas no se xk pero hoy no lo veo de esa manera creo k el dia gris no es siempre pues tu misma aas dicho k no te paras a mirar el atardecer en silencio o a mirar cosas k te gusten en paz en armonia y creo k solo con ponerlo creo k kieres hacerlo encontartrte con esa armonia y lo conseguiras al igual k mucha otra gente k consigue sus sueños andando acia delante tropezando y a la vez aprendiendo y volviendose a tropezar pues al final kieras k si kieras k no el ser humano x muy inteligente k sea aprende callendose y levantandose

Sar Gi dijo...

No sé, precisamente es eso, que a veces nos empeñamos nosotros mismos en no salir de la espiral de oscuridad y olvidamos lo que importa de verdad.

Un besito, cielo

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